miércoles, 1 de diciembre de 2010

Dinosaurio proviene del griego demos (terrible) y sauros (lagarto).

Dinosaurio proviene del griego demos (terrible) y sauros (lagarto).

La palabra dinosaurio, que significa literalmente «lagarto terrible», fue acuñada en 1 842 por el pionero de la paleontología Richard Owen, uno de los primeros buscadores de dinosaurios. Con esta palabra, Owen denominó a los reptiles gigantes cuyos restos comenzaron a descubrirse en aquella época. Pero el mérito de su hallazgo no correspondió a este científico, sino a un médico aficionado a la geología, Gideon Mantell, que fue quien descubrió los restos de un animal enorme, con grandes dientes que, según él, eran del mismo tipo que los de los reptiles actuales. Llamó a aquel animal Iguanodon, por su parecido con las iguanas modernas.

En su momento, el descubrimiento suscitó gran controversia, Algunos destacados paleontólogos, como Georges Cuvier, consideraban que se trataba de un rinoceronte prehistórico, y no de un tipo de reptil. Mantell tuvo que encontrar un esqueleto completo para que se aceptar a científicamente que se había descubierto un nuevo grupo de reptiles. Luego fueron localizados numerosos restos fósiles de estos reptiles en América del Norte. En la actualidad se sabe que los dinosaurios habitaron en todas las partes emergidas del mundo en el Mesozoico, incluso en la actual Antártida.

Los primeros dinosaurios eran bípedos y sus huellas fósiles fueron tomadas en principio como rastros de aves gigantescas.

Los dinosaurios de mayor tamaño eran mucho más grandes que cualquier animal terrestre de nuestros días. Los más pequeños, en cambio, no eran mucho más grandes que una gallina. Algunos eran pesados y de movimientos lentos; otros, ágiles y veloces.

Su pequeña cabeza dejaba poco espacio para el cerebro, por lo que éste era muy

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